Malalo Bermúdez de Castro: "Estaremos puntuales en la salida de la Martín Códax Rías Baixas"
El patrón del “Solventis” reflexiona ante el 50 aniversario de la emblemática regata del Real Club Náutico de Vigo
Manuel Bermúdez de Castro (A Coruña, 27/5/1972) se ha convertido, por méritos propios, en uno de los más reconocidos regatistas de la vela gallega y española. Patrón de reconocidas embarcaciones como el “National Suisse”, actualmente se encuentra al mando del “Solventis”, con el que además ganó la Martín Códax Rías Baixas disputada en 2012. A este triunfo –el último logrado en una larga lista- hay que sumar los logrados en 2007 y 2009 en aguas de las Rías Baixas.
Ahora, cuando la regata cumple 50 años de vida, Malalo Bermúdez de Castro echa la vista atrás para recordar su experiencia en la cita ineludible del verano gallego.
Ha ganado la Martín Códax Rías Baixas en tres ocasiones y se ha convertido en un referente de la vela gallega, ¿qué es lo primero que se le pasa por la cabeza?
Pienso en nuestro patrocinador de los seis últimos años, Solventis, que nos ha proporcionado los medios necesarios para ganar esta prestigiosa regata en nada menos que tres ocasiones, lo que equivale al 50% de las veces en que hemos participado. Creo que es un gran resultado, imputable también a la excelente tripulación que hemos configurado. Todos ellos son fantásticos y todos estarían de acuerdo en que mencionase con especial afecto a Esperanza Barreras. Realmente, sin ella, en muchas ocasiones no habríamos logrado ni tomar la salida.
Echando la vista atrás, ¿cómo recuerda su primera Martín Códax Rías Baixas? ¿y su primer triunfo en la regata?
En mi primera participación como patrón quedé segundo, me ganaron mis actuales armadores. Pero lo más importante de aquella regata fue que me permitió conocer a gran parte del equipo con el que hoy navego. Creo que no me equivoco si digo que, para todos los que formamos esta pequeña familia del “Solventis”, algo cambió desde aquel momento. Realmente, hay algo especial entre todos nosotros.
¿Cuál es su recorrido favorito y por qué?
Cualquiera que no tenga la Costa de la Vela. He perdido muchas regatas en ese punto. Todavía recuerdo la edición de 2011 cuando, después de finalizar la penúltima etapa como líderes destacados, nos quedamos sin viento en la Costa de la Vela, perdiendo una regata que parecía que teníamos al alcance de la mano. En la temporada pasada también sufrimos mucho en ese mismo punto, pero logramos salir y ganar finalmente la regata.
¿Le veremos en este 50º aniversario?
Si no tenemos ningún contratiempo, estaremos puntuales en la salida. Para nosotros no sólo es una regata, sino un punto de encuentro para los miembros de la tripulación, que somos todos grandes amigos.
¿Cree que podría volver a subirse al podio?
Eso depende de la preparación del barco, la inspiración de la tripulación durante la regata y algo de suerte. No se puede contestar ahora, la mar pone a cada uno en su sitio. Lo que sí es seguro es que, un año más, lo intentaremos hasta el final.
¿Quién cree que no puede faltar a la cita de este año?
Sería una pena dejar de ver a José Luis Freire, un auténtico referente, un ejemplo a seguir, un gran rival y sobre todo, un caballero. Toda la tripulación le tiene un gran afecto.
Tendrá mil anécdotas de la Martín Códax Rías Baixas, ¿cuál ha sido el mejor momento? ¿Y el peor?
Tendría para escribir una enciclopedia, pero creo que todas pertenecen a la tripulación y, en consecuencia, deben quedar dentro de ella.
El mejor momento es, sin duda, empezarla. En nuestro caso, existe ya todo un ritual preestablecido que se inicia los días previos, con la preparación del barco, y culmina en una cena que celebramos la noche anterior a la salida.
El peor momento, sin duda, acabarla y pensar que tenemos por delante 12 largos meses hasta volver a reencontrarnos.
Este año la regata cumple medio siglo de vida, es una de las más longevas de España y muchos la consideran como la regata gallega más emblemática. Desde su punto de vista ¿qué hace especial a la Martín Códax Rías Baixas?
Creo que el gran número de participantes, la belleza de las Rías Baixas, la acogida de las diferentes localidades y, sobre todo, lo incierto del resultado final.
Y si pudiera, ¿qué cambiaría de la regata?
Pondría recorridos más tácticos. Unas balizas tácticas en medio del recorrido, por lo menos para los primeros grupos, podría ser la solución.
¿Cómo definiría esta regata?
Desconexión, amistad y libertad.